21 de enero de 2007

Para siempre

«"Para siempre", los jóvenes
le tienen miedo a estas palabras porque
no comprenden que se trata de una promesa de Dios:
su matrimonio durará para siempre.
No sé si me equivoco, pero creo que
la promesa es tiempo futuro, pues dice:
"Te desposaré conmigo para siempre" (Oseas 2, 19)».




Éste es uno de los fragmentos que más me impactó de la homilía que escuché hoy en la Misa de acción de gracias que celebramos por la Profesión perpetua de la religiosa teatina Sor Ivanir en la Casa Generalizia de la rama femenina de la Orden. Sor Ivanir profesó en Brasil el pasado 30 de diciembre y hoy compartimos su alegría aquí en Roma en el Pan de la Palabra y de la Eucaristía.

Sin duda esta semana ha sido en extremo impactante para mí, más allá de las habituales actividades de estudio y comunidad, pues me enteré de la futura boda de mi hermana en México.

Por eso la acción de gracias de una religiosa que entrega su vida, las tradicionales enseñanzas bíblicas y las sabias prácticas eclesiales me han hecho reflexionar estos días.

A mis padres un abrazo de consuelo: recordemos que Dios quiere que todos tengamos vida y la tengamos en abundancia. Si este momento es para mi hermanita vivificante, entonces hagamos lo posible para que sea más pleno, sin reproches ni reclamos. Cada persona será llamada a responder por sus propios actos, no por los de los demás, así que seamos responsables de nuestra propia respuesta en estos momentos: sólo el amor salva.

Hermanita desde aquí mi felicitación y el deseo sincero de que seas amada, respetada, honrrada, comprendida y apoyada, en la salud y en la enfermedad, por quien será tu cónyuge ante Dios y ante la patria. Que des y recibas el bien más preciado de tu vida, el regalo del amor eterno y verdadero.

Tú y él, no tengan miedo: como escuché hoy en la homilía la expresión "para siempre", «...se trata de una promesa de Dios: su matrimonio durará para siempre. No sé si me equivoco, pero creo que la promesa es tiempo futuro, pues dice: "Te desposaré conmigo para siempre" (Oseas 2, 19)».

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