04 La dominación etrusca
Los siete reyes [4 de 4 partes]
Durante este primitivo período de la historia romana, los etruscos también estaban cobrando fuerza. Las ciudades etruscas eran mucho más poderosas y civilizadas que la tosca y pequeña ciudad del Tíber. Si Etruria hubiese estado unida bajo el gobierno de una sola ciudad poderosa, sin duda Roma habría sido ocupada y absorbida y nunca más se habría oído hablar de ella. Pero el dominio etrusco estaba formado por muchas ciudades laxamente unidas y celosas unas de otras, por lo que Roma pudo seguir existiendo calladamente en medio de las querellas de los etruscos.
Pero de todos modos estaba cerca. Los etruscos estaban expandiéndose al Norte y al Sur, y establecieron su dominación sobre Roma, al menos en cierta medida. Las leyendas romanas no dicen claramente que Roma pasó por un período en el que estuvo bajo la dominación etrusca, pues los historiadores nunca admitían nada que fuese humillante para la ciudad de tiempos posteriores. Con todo, el quinto rey de Roma fue un etrusco, como lo admite hasta la leyenda.
La leyenda trató de suavizar las cosas haciendo del quinto rey el hijo de un refugiado griego que emigró de Etruria y se casó con una mujer nativa, pero esto no es muy probable. Su ciudad natal era Tarquinia, situada sobre la costa marina de Etruria, a unos 80 kilómetros al noroeste de Roma. Su nombre era Lucio Tarquinio Prisco.
«Lucio» era su primer nombre [4], «Tarquinio» era su apellido, que se lo dieron los romanos por su lugar de nacimiento. «Prisco» era un nombre añadido para describir al individuo en particular. Significa «viejo» o «primero» e indica que fue el primero de su familia en desempeñar un papel importante en la historia romana.
Se creía que Tarquinio Prisco había llegado a Roma como inmigrante y se había destacado en la guerra y el consejo hasta el punto de que el rey, Anco Marcio, lo hizo regente del Reino y custodio de sus hijos. Los hijos de Anco Marcio quizá esperasen heredar el Reino al llegar a la edad adulta, pero los romanos estaban tan complacidos con Tarquinio Prisco que lo eligieron rey en su lugar.
(Esto parece sumamente improbable. Es mucho más probable que Tarquinio Prisco fuese el gobernador puesto sobre Roma por los etruscos, que gobernase detrás de las bambalinas mientras Anco Marcio fue rey y que se adueñase abiertamente del poder después de la muerte del rey, ocurrida en 616 a. C.)
Bajo Tarquinio Prisco, Roma prosperó, pues la civilización y las costumbres etruscas penetraron en la ciudad. El construyó el Circo Máximo, gran recinto ovalado donde se realizaban carreras de carros ante espectadores sentados en numerosas gradas de asientos.
También introdujo los juegos atléticos, según la costumbre etrusca. Más tarde, éstos se convirtieron en combates entre hombres armados que eran llamados gladiadores, por la espada («gladius») con que luchaban.
Luego, también, Tarquinio introdujo costumbres religiosas etruscas y comenzó a construir un gran templo a Júpiter en el Monte Capitolino. El templo, que también hizo las veces de fortaleza de la ciudad, fue llamado el Capitolio, de la palabra latina que significa «cabeza». (Como se pensaba que el Capitolio era el corazón y el centro mismo de la ciudad y el gobierno de Roma, se dio el mismo nombre al Capitolio de Washington, D. C., donde lleva a cabo sus sesiones el Congreso de los Estados Unidos.)
En el valle situado entre las dos colinas más antiguas de Roma, el Palatino y el Monte Capitolino, estaba el foro («mercado»), espacio abierto donde la gente se reunía para comerciar y realizar acciones públicas.
Para hacer utilizable el foro, Tarquinio Prisco hizo construir una cloaca para drenar las zonas pantanosas del valle. Más tarde se la llamó la Cloaca Máxima. Roma, ni siquiera en sus más grandes períodos, no llegó nunca a elaborar una ciencia y una matemática puras, como habían hecho los griegos; sin embargo, los romanos siempre se sintieron orgullosos de sus grandes obras de ingeniería y sus obras prácticas de arquitectura. Esas primeras cloacas y edificios iniciaron esa tradición.
En la historia romana posterior, toda ciudad tenía su foro, y Roma misma tuvo varios. Pero ese primer foro situado entre el Palatino y el Capitolio era el Foro Romano por excelencia, donde se reunía y debatía el Senado Romano. (Por eso, la palabra ha llegado a designar a todo lugar de reunión donde se efectúa una discusión libre.)
Tarquinio fue victorioso en las guerras contra las tribus vecinas e introdujo la costumbre etrusca del triunfo. El general victorioso entraba en la ciudad con gran pompa, precedido por funcionarios del gobierno y seguido por su ejército y los prisioneros capturados. La procesión se desplazaba por calles decoradas y entre hileras de espectadores que lo ovacionaban hasta el Capitolio. (Era como un vistoso desfile por la Quinta Avenida.) En el Capitolio se realizaban servicios religiosos, y el día terminaba con una gran fiesta. El triunfo era el mayor honor que Roma podía otorgar a sus generales. Para obtenerlo, un general tenía que ser un alto funcionario, debía haber luchado contra un enemigo extranjero y obtenido una completa victoria que extendiese el territorio romano. En 578 a. C., Tarquinio Prisco fue asesinado por hombres pagados por los hijos del viejo rey, Anco Marcio. Pero un yerno de Tarquinio Prisco actuó rápidamente y ocupó el trono. Los hijos de Anco Marcio se vieron obligados a huir.
El nuevo gobernante era Servio Tulio, el sexto rey de Roma. Tal vez fuese también un etrusco, y detrás de la historia del asesinato de Tarquinio Prisco quizá hubiese un intento de rebelión de los latinos nativos contra el señorío etrusco. Si fue así, la rebelión fracasó.
Si Servio Tulio fue un etrusco, demostró ser devoto de Roma, y bajo su gobierno ésta siguió floreciendo. La ciudad se expandió sobre una sexta y una séptima colina, el Esquilmo y el Viminal, al noreste. Servio Tulio construyó una muralla alrededor de las siete colinas (la Muralla Serviana), que señaló los «límites urbanos» de Roma para los quinientos años siguientes, aunque la población de la ciudad con el tiempo se extendió más allá de las murallas en todas las direcciones.
Servio Tulio también hizo una alianza con las otras ciudades del Lacio y formó una nueva Liga Latina, dominada por Roma. Las ciudades etruscas situadas al norte deben de haber contemplado esto con recelo y seguramente se preguntaron hasta qué punto podían confiar en el nuevo rey.
Servio Tulio también trató de debilitar el poder de las familias dominantes de la ciudad otorgando algunos privilegios políticos a los plebeyos. Esto encolerizó a los patricios, por supuesto, y conspiraron contra Servio Tulio, quizá con ayuda etrusca.
En 534 a. C., Servio Tulio fue asesinado. El alma de la conspiración fue un hijo del viejo rey Tarquinio Prisco. Este hijo se había casado con la hija de Servio Tulio, y cuando éste fue muerto se proclamó el séptimo rey de Roma.
Este séptimo rey fue Lucio Tarquino el Soberbio, el tercero —si contamos a Servio Tulio— de los gobernantes etruscos de Roma.
Los etruscos estaban ahora en la cúspide de su poder. Prácticamente toda Italia Central estaba bajo su dominio. Su flota dominaba las aguas situadas al oeste de Italia. E hicieron sentir su poder cuando colonos griegos trataron de establecerse en las islas de Cerdeña y Córcega. Por el 540 a. C. se libró una batalla naval frente a la colonia griega de Alalia, situada sobre la costa centro-este de Córcega. Los griegos fueron derrotados y tuvieron que abandonar ambas islas. Cerdeña, la más meridional de ellas, fue ocupada por los cartagineses, mientras Córcega, ubicada a 100 kilómetros al oeste de la costa etrusca, cayó bajo el poder etrusco.
Esto quizá explique por qué el nuevo Tarquino pudo ejercer su tiranía sobre Roma. La leyenda pinta a Tarquino el Soberbio como un cruel gobernante que anuló las leyes de Servio Tulio destinadas a ayudar a los plebeyos. Hasta trató de reducir el Senado a la impotencia haciendo ejecutar a algunos senadores y negándose a reemplazar a los que morían de muerte natural.
Reunió a su alrededor una guardia de corps y, al parecer, intentó gobernar como un déspota, con su propia voluntad como única ley. Sin embargo, prosiguió la ampliación de Roma, completando los grandes proyectos edilicios que había iniciado su padre.
Hay una famosa historia sobre Tarquino el Soberbio que se relaciona con una sibila o hechicera. Las sibilas eran sacerdotisas de Apolo que habitualmente vivían en cavernas y de las que se suponía que estaban dotadas de facultades proféticas. Los autores antiguos hablan de muchas de ellas, pero la más famosa era una que habitaba en las cercanías de Cumas (una ciudad griega que estaba cerca de la moderna Nápoles), por lo cual era llamada la sibila cumana. Se creía que Eneas la había consultado en busca de consejo en el curso de sus peregrinaciones.
Se decía que la sibila cumana tenía a su cargo los Libros Sibilinos, nueve volúmenes de profecías supuestamente hechas en diferentes épocas por diversas sibilas. La sibila se presentó ante Tarquino el Soberbio y le ofreció venderle los nueve volúmenes por trescientas piezas de oro. Tarquino rechazó precio tan exorbitante, tras lo cual la sibila quemó tres de los libros y pidió trescientas piezas de oro por los seis restantes. Nuevamente Tarquino rechazó la oferta y nuevamente la sibila quemó tres de los libros y pidió trescientas piezas de oro por los tres últimos.
Esta vez Tarquino pagó lo que se le pedía, pues no se atrevió a permitir la destrucción de las profecías finales. Los Libros Sibilinos fueron en adelante amorosamente cuidados por los romanos. Se los conservó en el Capitolio, y en tiempos de grandes crisis eran consultados por los sacerdotes para aprender los ritos apropiados con los cuales calmar a los dioses encolerizados.
La arrogancia de Tarquino el Soberbio y la soberbia aún mayor de su hijo Tarquino Sexto terminaron por convertir en enemigos suyos a todos los hombres poderosos de Roma, quienes esperaron hoscamente la oportunidad para rebelarse.
Esa oportunidad se presentó en mitad de una guerra. Tarquino el Soberbio había abandonado la pacífica política de Servio Tulio de alianza con las otras ciudades latinas. Por el contrario, obligó a someterse a las más cercanas e hizo la guerra a los volscos, tribu que habitaba la región sudoriental del Lacio.
Mientras seguía la guerra, el hijo de Tarquino (según la leyenda) ultrajó brutalmente a la esposa de un primo, Tarquino Colatino. Esto fue el colmo. Cuando se difundieron por la ciudad las noticias de lo ocurrido, inmediatamente estalló una rebelión bajo el liderato de Colatino y un patricio llamado Lucio Junio Bruto.
Bruto tenía buenas razones para ser enemigo de los Tarquines, pues éstos habían dado muerte a su padre y a su hermano mayor. En verdad, según la leyenda, el mismo Bruto habría sido ejecutado de no haber fingido ser un débil mental y por ende inocuo. («Brutus» significa «estúpido», y se le dio este nombre por su exitosa actuación.)
En el momento en que Tarquino pudo volver a Roma, era demasiado tarde. Le cerraron las puertas de la ciudad y tuvo que marcharse al exilio. Fue el séptimo y último rey de Roma. Nunca en su larga historia Roma volvería a tener un rey; al menos nunca volvería a tener un gobernante que osase llevar este título particular.
Tarquino fue exiliado en el 509 a. C. (244 A. U. C.); así, Roma había estado dos siglos y medio bajo sus siete reyes. Llegamos a un largo período de cinco siglos, durante los cuales la República Romana lograría sobrevivir, primero, y llegaría a ser una gran potencia, luego.
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[4] Los romanos tenían muy escasos primeros nombres. Entre los más frecuentemente usados estaban Lucio, Mario, Cayo y Tito.
Isaac ASIMOV, «Los siete reyes», en La República Romana, capítulo 1, páginas 11-14.
3 comentarios:
Parece bastante cierto el comentario del párrafo #11: si bien los grandes matemáticos y filósofos fueron griegos, en Roma se tuvo una gran cantidad de avances en la técnica constructiva.
Y algo que se me antoja aún más interesante: ¿será que de alguna manera hemos aprendido los "latinos" a traicionar como única manera de lograr nuestras metas?
Saludos. Chito
me pare ce que esta informacion esta buena pero me gustaria saber sobre los avances de los estrucos
thanks you
Today is documentation ill, isn't it?
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