Un poquito menos malo
Esto post no sé ni cómo comenzarlo. ¡Son tantas las emociones!
Sólo quiero consignar aquí dos cosas: la primera y menos trascendente, que preparé los exámenes de medio semestre metido en mi celda sin que me diera la luz del sol por semana y media.
La segunda y más importante es que tuvimos la gracia, inimaginada, de estar cerca de Su Santidad. ¿Qué decir ante tanta bondad? Sólo puedo agradecer profundamente la Providencia divina y las personas que hicieron posible esta experiencia.
Como la vida sigue, ahora toca mi respuesta, por eso espero ser, al menos, un poquito menos malo el resto de los días de mi vida.
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