Ingreso gratuito de muchedumbres
No quiero irme hoy a dormir sin consignar mi primera visita a los Museos Vaticanos. Fui hoy porque cada último domingo de mes la entrada es gratis. Ingresé después de una hora en la fila. Bien me habían dicho los padres que me fuera acabando de desayunar.
Los trece Museos albergan la colección de arte más grande del mundo: sesenta mil piezas de todo el mundo y de todas la épocas en mil cuatrocientas siete salas. Caminé directo a la Capilla Sixtina. Otra hora más tarde, debido a la inmensa cantidad de turistas, estaba contemplando el Juicio Final, de Miguel Ángel Bounaroti y los seiscientos metros cuadrados de murales bíblicos en la techumbre. Es difícil reprimir la emoción de estar ante imágenes que has visto siempre en postales. Vi el dedo del Padre apuntando a Adán en la Creación; la expulsión del Paraíso; el brazo de Jesús en alto. Cruce la reja y tuve la misma vista que los cardenales cuando entran al Cónclave.
Claro, vi innumerables obras antes y después de llegar a la Sixtina, pero deseaba detenerme allí la primera vez. Me quedé dentro lo más que pude antes de regresar a casa para el almuerzo.
A la salida la famosa escalera-rampa de caracol me confirmó que bien valió soportar las muchedumbres del día de ingreso gratuito.
2 comentarios:
Carlos, que gusto que estes aprovechando para conocer lo más que se pueda (como es el caso de los museos del Vaticano)...supongo que es una experiencia inolvidable, valió la pena el agunantar largas esperas para poder accesar. Saludos Adrián Mendoza.
Gracias, Adrián.
Así es, valió la pana esperar. Desde ese entonces he ido siempre cada último domingo de mes para observar con calma cada sala.
Un abrazo.
Publicar un comentario